1º ESO CUADERNO DE RECUPERACIÓN (1ª Semana)
CUADERNO DE RECUPERACIÓN.
1ª SEMANA: COMPRENSIÓN LECTORA.
(ENTREGA: 11 MAYO).
(ESTE TRABAJO SOLO ES PARA LOS ALUMNOS DE RECUPERACIÓN. TAMBIÉN HABÉIS RECIBIDO EL TRABAJO A TRAVÉS DE UN CORREO).
1ª SEMANA: COMPRENSIÓN LECTORA.
(ENTREGA: 11 MAYO).
(ESTE TRABAJO SOLO ES PARA LOS ALUMNOS DE RECUPERACIÓN. TAMBIÉN HABÉIS RECIBIDO EL TRABAJO A TRAVÉS DE UN CORREO).
- TAREA 1:
1. Lee con atención el siguiente texto:
Había una vez un pobre molinero que
tenía una bellísima hija. Y sucedió que en cierta ocasión se encontró con el
rey, y, como le gustaba darse importancia sin medir las consecuencias de sus
mentiras, le dijo:
-Mi hija es tan hábil y sabe hilar tan
bien, que convierte la hierba seca en oro.
-Eso es admirable, es un arte que me
agrada -dijo el rey-. Si realmente tu hija puede hacer lo que dices, llévala
mañana a palacio y la pondremos a prueba.
Y en cuanto llegó la muchacha ante la
presencia del rey, éste la condujo a una habitación que estaba llena de hierba
seca, le entregó una rueca y un carrete y le dijo:
-Ahora ponte a trabajar y, si mañana
temprano toda esta hierba seca no ha sido convertida en oro, morirás.
Y dichas estas palabras, cerró él mismo
la puerta y la dejó sola. Allí quedó sentada la pobre hija del molinero y,
aunque le iba en ello la vida, no se le ocurría cómo hilar la hierba seca para
convertirla en oro. Cuanto más tiempo pasaba, más miedo tenía, y por fin no
pudo más y se echó a llorar.
De repente, se abrió la puerta y entró
un hombrecito.
- ¡Buenas tardes, señorita molinera! -le
dijo-. ¿Por qué está llorando?
- ¡Ay de mí! -respondió la muchacha.
- Tengo que hilar toda esta hierba seca
de modo que se convierta en oro, y no sé cómo hacerlo.
- ¿Qué me darás -dijo el hombrecito- si
lo hago por ti?
- Mi collar -dijo la muchacha. El
hombrecito tomó el collar, se sentó frente a la rueca y... ¡zas, zas, zas!, dio
varias vueltas a la rueda y se llenó el carrete. Enseguida tomó otro y... ¡zas,
zas, zas! con varias vueltas estuvo el segundo lleno. Y así continuó sin parar
hasta la mañana, en que toda la hierba seca quedó hilada y todos los carreteles
llenos de oro.
Al amanecer se presentó el rey y, cuando
vio todo aquel oro, sintió un gran asombro y se alegró muchísimo: pero su
corazón rebosó de codicia. Hizo que llevasen a la hija del molinero a una
habitación mucho mayor que la primera y también atestada de hierba seca y le
ordenó que la hilase en una noche si en algo estimaba su vida.
La muchacha no sabía cómo arreglárselas
y ya se había echado a llorar, cuando se abrió la puerta y apareció el
hombrecito.
- ¿Qué me darás -preguntó- si te
convierto la hierba seca en oro?
- Mi sortija -contestó la muchacha. El
hombrecito tomó la sortija, volvió a sentarse a la rueca y, al llegar la
madrugada, toda la hierba seca estaba convertida en reluciente oro. Se alegró
el rey a más no poder cuando lo vio; pero aún no tenía bastante y mandó que
llevasen a la hija del molinero a una habitación mucho mayor que las anteriores
y también atestada de hierba seca.
- Hilarás todo esto durante la noche -le
dijo-, y si logras hacerlo, serás mi esposa. Tan pronto quedó sola, apareció el
hombrecito por tercera vez y le dijo:
- ¿Qué me darás si nuevamente esta noche
te convierto la hierba seca en oro?
- No me queda nada para darte -contestó
la muchacha.
- Prométeme entonces -dijo el
hombrecito- que, si llegas a ser reina, me entregarás tu primer hijo. La muchacha dudó un momento. «¿Quién sabe
si llegaré a tener un hijo algún día y esta noche debo hilar este heno seco?»
se dijo. Y no sabiendo cómo salir del paso, prometió al hombrecito lo que
quería y éste convirtió una vez más la hierba seca en oro. Cuando el rey llegó
por la mañana y lo encontró todo tal como lo había deseado, se casó enseguida
con la muchacha. Y así fue como se convirtió en reina la linda hija del
molinero.
Un año más tarde le nació un hermoso
niño, sin que se hubiera acordado más del hombrecito. Pero, de repente, lo vio
entrar en su cámara:
-Vine a buscar lo que me prometiste -
dijo.
La reina se quedó horrorizada y le
ofreció cuantas riquezas había en el reino con tal de que le dejara al niño;
pero el hombrecito dijo:
-No. Una criatura viviente es más
preciosa para mí que los mayores tesoros de este mundo. Comenzó entonces la
reina a llorar, a rogarle y a lamentarse de tal modo que el hombrecito se
compadeció de ella.
-Te daré tres días de plazo -le dijo-.
Si en ese tiempo consigues adivinar mi nombre, te quedarás con el niño. La
reina se pasó la noche tratando de recordar todos los nombres que oyera en su
vida y, como le parecieron pocos, envió un mensajero a recoger, de un extremo a
otro del país, los demás nombres que hubiese.
Cuando el hombrecito llegó al día
siguiente, empezó por Gaspar, Melchor y Baltasar, y fue luego recitando uno
tras otro los nombres que sabía; pero el hombrecito repetía invariablemente:
- ¡No! Así no me llamo yo. Al segundo
día la reina mandó averiguar los nombres de las personas que vivían en los
alrededores del palacio y repitió al hombrecito los más curiosos y poco
comunes.
- ¿Te llamarás Arbilino, o Patizueco, o
quizá Trinoboba?
- Pero él contestaba invariablemente: -
¡No! Así no me llamo yo.
Al tercer día regresó el mensajero de la
reina y le dijo:
-No he podido encontrar un sólo nombre
nuevo; pero al subir a una altísima montaña, más allá de lo más profundo del
bosque, allá donde el zorro y la liebre se dan las buenas noches, vi una casita
diminuta. Delante de la puerta ardía una hoguera y, alrededor de ella, un
hombrecito ridículo brincaba sobre una sola pierna y cantaba: “Hoy tomo vino y
mañana cerveza, después al niño sin falta traerán. Nunca, se rompan o no la
cabeza, el nombre Rumpelstikin adivinarán”.
¡Imagínense lo contenta que se puso la
reina cuando oyó este nombre! Poco después entró el hombrecito y dijo:
-Y bien, señora reina, ¿cómo me llamo
yo?
- ¿Te llamarás Conrado? -empezó ella.
- ¡No! Así no me llamo yo.
- ¿Y Enrique?
- ¡No! ¡Así no me llamo yo! -replicó el
hombrecito con expresión triunfante.
Sonrió la reina y le dijo: -Pues...
¿quizás te llamas... Rumpelstikin?
- ¡Te lo dijo una bruja! ¡Te lo dijo una
bruja! -gritó el hombrecito y, furioso, dio en el suelo una patada tan fuerte,
que se hundió hasta la cintura. Luego, sujetándose al otro pie con ambas manos,
tiró y tiró hasta que pudo salir; y entonces, sin dejar de protestar, se marchó
corriendo y saltando sobre una sola pierna, mientras en palacio todos se reían
de él por haber pasado en vano tantos trabajos.
2. Rodea con un círculo
la letra que contiene la respuesta que consideres correcta:
2.1. ¿Qué había en las
tres habitaciones?
A) Césped. B) Paja seca.
C) Hierba seca.
2.2. ¿Qué le da en
total la hija del molinero al hombrecillo?
A) Un collar y una
sortija. B) Un collar una sortija y su primer hijo. C) Una pulsera y su primer
hijo.
2.3. ¿Por cuántas
habitaciones paso la hija del molinero?
A) 5 B) 7 C) 3
2.4. ¿Por qué mintió el
molinero al Rey?
A) Por envidia. B) Porque
le gustaba presumir C) Porque no aceptaba que el rey fuese más rico que él.
2. 5. ¿Cuál era el
verdadero nombre del hombrecillo?
A) Patizueco. B) Arbilino.
C) Rampelstikin.
2.6. Cuando entra el
hombrecillo en la primera habitación al saludar ¿cómo llama a la hija del
molinero?
A) No la llama por ningún
nombre. B) Señora. C) Señorita molinera.
2.7. ¿Cuántos días le
dio de plazo el hombrecillo a la Reina?
A) 6 días. B) 3 días C) 1
día
2.8. ¿De quién era hija
la Reina?
A) De un albañil. B) De un
molinero. C) De un fontanero.
2.9. ¿Dónde encontró el
mensajero al hombrecillo cantando?
A) En un país lejano. B)
En los alrededores de palacio. C) Al subir una altísima montaña.
2.10. ¿Qué le ofreció
la reina al hombrecillo para que no se quedase con el niño?
A) Oro. B) Cuantas riquezas había en el
reino. C) Una casa en el palacio.
- TAREA 2: (Introducir un pequeño vídeo sobre descripción).
1. Lee con atención y, a continuación, responde las
cuestiones:
El aspecto externo de Momo ciertamente era un tanto
desusado y acaso podía asustar algo a la gente que da mucha importancia al aseo
y al orden. Era pequeña y bastante flaca, de modo que ni con la mejor voluntad
se podía decir si tenía ocho años solo o ya tenía doce. Tenía el pelo muy
ensortijado, negro como la pez, y con todo el aspecto de no haberse enfrentado
jamás a un peine o unas tijeras. Tenía unos ojos muy grandes, muy hermosos y
también negros como la pez y unos pies del mismo color, pues casi siempre iba
descalza. Sólo en invierno llevaba zapatos de vez en cuando, pero solían ser
diferentes, descabalados, y además le quedaban demasiado grandes. Eso era
porque Momo no poseía nada más que lo que encontraba por ahí o lo que le
regalaban. Su falda estaba hecha de muchos remiendos de diferentes colores y le
llegaba hasta los tobillos. Encima llevaba un chaquetón de hombre, viejo,
demasiado grande, cuyas mangas se arremangaba alrededor de la muñeca. Momo no
quería cortarlas porque recordaba, previsoramente, que todavía tenía que
crecer. Y quién sabe si alguna vez volvería a encontrar un chaquetón tan
grande, tan práctico y con tantos bolsillos.
Momo, MICHAEL
ENDE
a) Explica en qué orden ha decidido el autor realizar la
descripción de Momo.
______________________________________________________________________________ ______________________________________________________________________________
b) Enumera todos los adjetivos empleados para describir los
siguientes sustantivos:
SUSTANTIVO
|
ADJETIVOS
|
SUSTANTIVO
|
ADJETIVOS
|
ASPECTO
|
OJOS
|
||
MOMO
|
ZAPATOS
|
||
VOLUNTAD
|
COLORES
|
||
PELO
|
CHAQUETÓN
|
c) Identifica en el texto dos comparaciones:
- ________________________________________________________________
-
________________________________________________________________
d) Realiza un
dibujo de Momo de acuerdo con la lectura:
- TAREA 3:
1.
Lee
con atención el siguiente texto:
El
paquete de galletas.
Había
una vez una señora que debía viajar en tren. Cuando la señora llegó a la estación,
le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco
fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de
agua. Buscó un banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera.
Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un
diario.
De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el
paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó un poco;
no quería ser grosera pero tampoco hacer de cuenta que nada había pasado. Así
que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió
mirando fijamente al joven. Como respuesta, el joven tomó otra galleta y,
mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada,
ella cogió otra galleta y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió
mirándolo fijamente.
El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y
galleta. La señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más
sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una galleta, y
pensó: «No podrá ser tan caradura» mientras miraba alternativamente al joven y
al paquete. Con mucha calma el joven alargó la mano, tomó la galleta y la
partió en dos. Con un gesto amable, le ofreció la mitad a su compañera de
banco. - ¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta. -De nada
-contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad. Entonces el tren anunció
su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón.
Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía sentado en el andén
y pensó: «¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será de nuestro mundo!» De pronto
sintió la boca reseca por el disgusto. Abrió su bolso para sacar la botella de
agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas
intacto.
2.- Señala el
planteamiento, el nudo y el desenlace de este cuento. (¿De qué línea a qué
línea van? Resume las ideas principales
de cada parte).
Planteamiento:____________________________________________________
Nudo:____________________________________________________________
Desenlace:________________________________________________________
3.- ¿Qué nos enseña el cuento?
- TAREA 4.
1.- Lee
el siguiente texto:
Amsterdam, miércoles, 8 de julio de 1942.
Querida Kitty:
Desde la mañana del domingo hasta ahora
parece que hubieran pasado años. Han pasado tantas cosas que es como si de
repente el mundo estuviera patas arriba, pero ya ves, Kitty, aún estoy viva, y
esto es lo principal, como dice papá. A las tres de la tarde alguien llamó a la
puerta. Al rato apareció Margot toda alterada por la puerta de la cocina: - Ha llegado una citación de la SS para papá –
murmuró. Me asusté muchísimo. ¡Una citación! En mi mente se me aparecieron
campos de concentración y celdas solitarias. ¿Dónde nos esconderíamos? ¿En la
ciudad, en el campo, en una casa, en una cabaña? Margot y yo empezamos a guardar
lo indispensable en una cartera del colegio. Lo primero que guardé fue este
cuaderno de tapas duras, luego unas plumas, pañuelos, libros del colegio, un
peine, cartas viejas… Me importan más los recuerdos que los vestidos.
No me desperté hasta las cinco y media
de la mañana, cuando me llamó mamá. A las siete y media cerramos la puerta a
nuestras espaldas. Anduvimos bajo la lluvia torrencial cargadas hasta los
topes. Los trabajadores que iban temprano a trabajar nos seguían con la mirada.
En sus caras podía verse que lamentaban no poder ofrecernos ningún transporte:
la estrella amarilla que llevábamos era elocuente. Pero no nos importaba la
impresión que causábamos; queríamos huir, solo huir y llegar a puerto seguro,
nada más.
Ana.
2.-
Responde a estas cuestiones:
a)
¿Qué tipo de carta es?
___________________________________________
b) ¿Quién
es el destinatario de la carta? ______________________________
c)
¿Quién es el remitente de la carta? ________________________________
d) ¿Qué
cuenta el destinatario al remitente? ___________________________
- TAREA 5.
1. Lee el siguiente texto:
¿CUÁL SERÁ EL FIN DE LA TIERRA?
En estas condiciones, también la tierra se iría enfriando lentamente. El
agua se congelaría y las regiones polares serían cada vez más extensas. En
último término, ni siquiera las regiones ecuatoriales tendrían suficiente calor
para mantener la vida. El océano entero se congelaría en un bloque macizo de
hielo, e incluso el aire se licuaría primero y luego se congelaría. Durante
billones de años esta Tierra gélida (y los demás planetas) seguiría girando
alrededor del difunto Sol. Pero aun en esas condiciones, la Tierra, como
planeta, seguiría existiendo.
Sin embargo, durante la década de los treinta, los científicos nucleares
empezaron a calcular por primera vez las reacciones nucleares que tienen lugar
en el interior del Sol y otras estrellas. Y hallaron, que aunque el Sol tiene
que acabar por enfriarse, habrá períodos de fuerte calentamiento antes de ese
fin. Una vez consumida la mayor parte del combustible básico, que es el
hidrógeno, empezarán a desarrollarse otras reacciones nucleares, que calentarán
el Sol y harán que se expanda enormemente. Aunque emitirá una cantidad mayor de
calor, cada porción de su ahora vastísima superficie tocará a una fracción
mucho más pequeña de ese calor y será, por tanto, más fría. El Sol se
convertirá en una masa gigante roja.
En tales condiciones, es probable que la Tierra se convierta en un ascua y
luego se vaporice. En ese momento, la Tierra, como cuerpo planetario sólido,
acabará sus días. Pero no os preocupéis demasiado: echadle todavía ocho mil
millones de años.
ISAAC ASIMOV
2. Explica el significado de las siguientes palabras:
a) Licuar:
___________________________________________________________
b) Gélido/a: _________________________________________________________
c) Reacción nuclear: __________________________________________________
d) Ascua: ___________________________________________________________
3. Pon un título a cada uno de los párrafos que has leído:
a) ________________________________________________________________
b) ________________________________________________________________
c) ________________________________________________________________
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